¿Porqué practicar Mindfulness?
La práctica formal de mindfulness como disciplina de entrenamiento nació en la Universidad de Massachusetts en la década de los 70s. A la fecha, universidades como Harvard, Stanford, UCLA entre otras han publicado aproximadamente 3.500 estudios. Estos han sido basados en evidencia científica sobre el papel definitivo que ha tenido la atención plena para las ciencias de la salud. Esto incluye la ganadora del Premio Nobel en Medicina en el año 2009, Elizabeth Blackburn. A través de sus diferentes investigaciones, ella resalta la importancia del mindfulness y los hábitos de vida saludables, para evitar el envejecimiento y la inflamación celular con el fin de prevenir enfermedades graves.
Hoy, su importancia es demostrada más allá de la dimensión del campo médico. Un claro ejemplo de su uso es en el Silicon Valley, donde se despliegan nuevas herramientas y propuestas sobre su impacto en eventos como Wisdom 2.0. La conferencia anual de las ultimas tendencias de la atención plena y soft skills atrae ejecutivos de empresas como Google, Twitter, Instagram, y Facebook.
Hablamos entonces de mindfulness como una disciplina con un alto impacto en diversos sectores. Su importancia radica en la universalidad de su método y de sus objetivos, los cuales se pueden resumir en hacer una pausa, en prestar atención y estar presente en cualquier actividad que hacemos. Nos sugieren los expertos pensar en la atención como un músculo que debe ser ejercitado a través de disciplina y meditación.
Esta capacidad de transformación del cerebro a través de mindfulness recibe el nombre de “Neuroplasticidad.” Esta posibilidad es bastante alentadora, ya que nos permite ver la vida como un proceso evolutivo, de aprendizaje y de permanente cambio.
Mindfulness desde la perspectiva de la neurociencia puede ser la respuesta para re-configurar y re-adaptarnos con conciencia a los distintas situaciones y retos que nos presenta la vida.